martes, 16 de agosto de 2011

De cómo intentando conciliar fue que nos conciliaron por demás

El año pasado nos quejábamos de los baremos de puntuación utilizados para las becas, dando por hecho que conseguir una plaza en una escuela pública (0-3 años) era aún más complicado. Además, los baremos de puntuación eran parecidos, de manera que las becas se las llevaban generalmente los que serían los primeros en la lista de no admitidos de las escuelas. En particular, el peso que se daba por trabajar a jornada completa (punto 4, apartado 1 del proceso de admisión) era suficiente para establecer el límite mínimo, como pasaba con las becas (artículo 13 de la ORDEN 3336/2010).


Pues mira por donde este año nos encontramos con que habían cambiado ligeramente los baremos para la admisión (no para las becas), y ahora se igualaban los trabajos a jornada parcial o completa. ¡Pues vamos a probar! Y entregando los papeles in extremis, pensando que seríamos un número más en la lista de espera, nos encontramos con que aparecíamos dentro en las listas provisionales.


Sin enrollarme más en esto, resulta que tenemos a las 2 niñas matriculadas en la EI Arce ¡menuda suerte! - nos dice todo el mundo. Me temo que ha quedado gente por detrás que seguramente lo necesite más (sigo pensando que los parados no deberían perder los puntos a la vez que el trabajo), pero me tranquiliza ver que los que venían justo detrás sí que se lo merecían menos (la misma puntuación, pero mayor renta).


Pero la historia que quería contar no era esta, no, que sería demasiado bonito; la historia se complica cuando nos informan de que tenemos que incorporar a la niña en cuanto cumpla los 4 meses, o sino perdemos la plaza - ¿cómo? Si tengo baja hasta los 5 meses – Pues a la niña la llevas a la guarde y así descansas. Otra vez nos rechina escuchar “conciliación de la vida laboral y familiar” si luego te piden que ocupes la plaza antes de terminar la baja maternal, antes también de los 6 meses que recomienda la OMS como lactancia materna exclusiva.

Así que nos dirigimos a la Consejería de Educación para exponerles nuestro caso y básicamente nos dijeron que sí, que la ley dice eso, pero que si no nos gusta que hagamos trampa (que la niña se ha puesto mala, que ahora nos vamos de viaje..). Curiosamente, según hemos ido contando a los amigos nuestro problema, casi todos nos han animado con la misma solución: la llevas el primer día, pero al siguiente se pone mala, etc...


Y es que eso es justo lo que NO queremos, tener que andar con mentiras y excusas para hacer algo que a todo el mundo le parece lógico. Por eso estamos moviéndonos contrarreloj para intentar que nos reserven la plaza hasta octubre sin tener que llevarla con 4 meses, para no perder la lactancia materna y evitar las enfermedades habituales de las guarderías.


Además, estamos buscamos más gente que se encuentre en la misma situación o parecida, para ver si nuestros juntos podemos hacer más fuerza y si nuestros avances pueden servir a más gente. Así que lanzamos estas 3 preguntas:


¿alguien más se encuentra en esta situación en la Comunidad de Madrid?


¿alguien más ha pasado esta situación en la Comunidad de Madrid? ¿qué habéis hecho?


Y en el resto de España, ¿conocéis si existe este plazo de incorporación y cuál es?





Como a nosotros también nos costaba creer que esta normativa fuera así, os ponemos aquí el enlace a la ORDEN 314/2011 publicada en el BOCM, donde aparecen los siguientes artículos:


Artículo 17, punto 3: "Para formalizar la matrícula es necesario que el niño admitido haya nacido. La incorporación al centro se producirá una vez cumplidos los tres meses de edad, pudiendo retrasarse hasta los cuatro meses por decisión familiar, previa comunicación de la familia a la dirección del centro."


Artículo 26, punto 2: “Causará baja el alumno que no se incorpore al centro, una vez transcurridos siete días naturales del comienzo del curso escolar sin causa justificada notificada por la familia. Asimismo, causará baja el alumno que, una vez incorporado, no asista al centro durante quince días naturales consecutivos sin justificación.”


miércoles, 3 de agosto de 2011

Aprendiendo... a ser hermana.


¡Qué de cambios! ¡Qué de novedades! ¡Qué lío! Ser padre y madre de nuevo está lleno de experiencias ya vividas y, por supuesto, de experiencias nuevas. La primera que llama mi atención es observar como Sara aprende a SER HERMANA en esto Cristina le lleva la delantera.


Aprendiendo a esperar su turno.

  • - Mi niña, le doy tetita a Cristina y ahora te cojo.


Aprendiendo a estar pendiente de los demás.

  • - Mamá, coge a Cristina que está llorando. Cógela, mamá.


Aprendiendo a querer.

  • - Con cuidado, Sara, que le puedes hacer daño, Cristina es un bebé y hay que acariciarle despacito.


Aprendiendo a compartir.

  • - ¿Quién es mi niña preciosa?

  • - ¡Cristina! -responde Sara.

  • - Es verdad, ahora tengo dos niñas preciosas, Cristina y Sara.


Aprendiendo a quedar en segundo plano.

  • - Hay que bebé más pequeño ¿Y cómo se llama la hermanita?-una abuelita por la calle.

  • - Cristina -responde Sara mientras se asoma al cuco.


Aprendiendo a ser familia.

  • - Entonces, mamá, ¿vamos a ir a casa de los abuelos papá y Sara y Cristina y mamá?

  • - Sí, Sara, vamos todos juntos.


En definitiva, APRENDIENDO A SER HERMANA, todo el día juntas da mucho de sí y se aprenden muchas cosas. Una hermana es uno de los regalos más hermosos que Carlos y yo hemos podido darle a Sara, no sé si vivirá experiencia más importante. El canto que entonábamos antes de que llegara esta pequeña era ¡Qué viene Cristina! ¡Qué viene Cristina! Y ahora cantamos ¡Qué ya está con nosotros! La estábamos esperando con ganas, Sara no sabía bien lo que se le venía encima pero sí sentía con estos cantos que era algo que significaba mucha FELICIDAD para todos y eso creo que también lo puedo poner...


Aprendiendo a ser más FELIZ.