Veo que han pasado 7 años ya desde el último artículo que escribimos en el blog, y veo también como cada año que pasaba desde el comienzo en 2010 íbamos escribiendo menos. Tenemos que asumir que es parte del proceso de crianza de nuestros hijos: el tiempo de nuestras actividades se reparte entre los hijos. Supongo que se entenderá mejor si cuento que después de Sara, en 2009, fueron naciendo nuestros hijos Cristina (2011), Pablo (2013) y Raquel, en 2016.
Pablo, Sara y Cristina de paseo
Han sido unos años intensos y emocionantes, y por eso quería aprovechar ahora para recordar las etapas que creo que hemos ido viviendo:
Embarazo: siempre hemos defendido que la paternidad comienza ¡con el embarazo! En estos 9 primeros meses todo es nuevo, y todo está por descubrir. No sabemos cómo seremos como padres pero en algunos aspectos ni siquiera sabemos cómo nos gustaría ser. Se vive todo con mucha emoción, y también con muchos nervios.
Primer año: ¡Uff, menudo agotamiento! La dependencia del recién nacido y los ritmos tan diferentes que lleva respecto a los padres, hace que esta sea la etapa del cansancio físico: sueño interrumpido, cambiando pañales todo el día, ir al baño con la puerta abierta... Sí, sí, muchas emociones también pero por las noches caes rendido, ¿o no?
Segundo año: el bebé empieza a andar. Si tienes suerte, ya recuperas fuerzas por la noche, pero por el día no paras detrás del pequeño, al que le gusta explorar el mundo tan apasionante que parece no tener límites para él.
Tercer año: el bebé pasa a ser un niño pequeño, que empieza a hablar y a deslumbrar a los mayores con sus comentarios y sus ocurrencias. Que no me lean mis hijos, pero para mi ha sido con cada uno de ellos la etapa más bonita, donde me gustarían que se quedaran eternamente: son imaginativos, divertidos, graciosos, deslumbrantes...
Hago aquí un paréntesis, ya que a veces se empiezan a “solapar” las etapas cuando nace el segundo hijo, el tercero... Lo que es evidente es que en estas etapas de crecimiento el ritmo y los cansancios los determinan el más pequeño de la familia. En nuestro caso, han sido casi 10 años cambiando pañales y con la silla de paseo :-)
4-6 años: el niño empieza el cole, y se va dando cuenta de que va perdiendo los privilegios y atenciones que tenía hasta entonces, por lo que se vuelven más rebeldes y tratan de llamar la atención. También ellos piensan que se querrían quedar con los deslumbrantes 3 años.
7-12 años: está claro que los colegios conocen y definen a la vez estas etapas. En estos 6 años de educación primaria no hay tantos cambios, y los niños definen su carácter y sus aficiones.
Hasta ahora, es sin duda esta última la etapa más tranquila. Si se te juntan varios niños (en nuestro caso, ahora son 3) puedes volver a dedicarte a ti mismo ;-)
Por lo que nos cuentan los amigos que van por delante, otra vez vienen curvas, jeje. Está claro que la adolescencia, con sus cambios, marca mucho lo que será cada uno. A veces tengo la sensación de que las cartas están ya echadas, aunque los padres necesitemos sentir que todavía tenemos el control de la educación de los hijos. ¿Qué pensáis? ¿Cuál es la etapa que más habéis disfrutado con vuestros hijos?
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