Hace unos años, mi amiga Maripa me contó que cada Navidad comenzaba en su casa con dos actividades: la primera, ir a cantar a una residencia de ancianos, y la segunda, hacer galletas con los sobrinos. Un año nos invitó a participar de la elaboración de estas galletas con algunos de ellos. Esa tarde disfruté tanto que apunté la receta y quise repetirlo con mi sobrino; mi sobrino Gabriel cumple años el día 22 de diciembre, y ese día nos juntamos en su casa para hacer galletas. La actividad fue mi regalo de cumpleaños de ese año, y todos disfrutamos muchísimo.
Este año, nos juntamos unos cuantos amigos con los hijos para hacer las galletas y de nuevo lo pasamos en grande. Días después, lo repetimos con Sara y 3 primos más.
Esta actividad nos gusta porque vemos que es enriquecedora para los niños; todos participan en su elaboración, deben esperar su turno para echar los ingredientes, para batir, meter la mano, deben compartir los moldes, tratar la masa con cuidado para que no se estropeen las figuras, y prestar atención de nuestras indicaciones de cada paso. Además, les ayuda a coger gusto por la cocina, tener paciencia hasta que el proceso termine y entonces poder disfrutar del resultado.
El proceso completo resulta un poco largo para niños pequeños, así que hay que tener todo bien preparado antes de sentarlos, e intentar entretenerlos en los tiempos de espera, haciendo una pausa cuando la masa se deja enfriar, para que lleguen a hacer las formas de las galletas, que en el fondo es lo más divertido para ellos.
Esta receta la tenemos gracias a Conchita, una amiga de los padres de Maripa, que vivió en Suiza un tiempo, y es una receta de allí:
250 gr de margarina
250 gr de azúcar
3 huevos y 1 más para “pintar” las galletas
la ralladura de 1 limón
500 gr de harina (o 250 gr de harina y 250 gr de coco rallado)
azúcar glacé
una pizca de sal
Derretir la margarina, añadir el azúcar, los huevos y una pizca de sal; trabajar hasta aspecto de mousse (esto es difícil, pero hay que asegurarse de que el azúcar se deshace en el huevo). Añadir la ralladura del limón y la harina (o su variante de harina y coco); mezclar y dejar enfriar de 10 a 15 minutos, incluso se puede meter en la nevera (este paso es muy importante). Espolvorear harina en la mesa y trabajar la masa con las manos (si se pega a las manos, añadir un poco más de harina), extenderla con el rodillo hasta que la masa tenga un grosor de unos 4 milímetros. Hacer las formas con los moldes (o con un vaso, si no se tienen) y colocar en una bandeja de horno. “Pintarlas” con huevo batido y hornear unos 10 minutos a 200ºC en la mitad del horno (con calor por arriba y por abajo). Cuando estén frías, se espolvorean con azúcar glacé, para lo cual puedes ayudarte de un colador.
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