martes, 19 de febrero de 2013

Si los niños se acostumbran

En nuestra vida diaria hay muchas cosas que forman parte de nuestra rutina, de nuestra cotidianidad, y hablamos entonces de que nos hemos acostumbrado o malacostumbrado. Curiosamente, la definición de malacostumbrar incluye la doble acepción de adquirir malos hábitos o de mimar en exceso.

En particular, cuando hablamos de los niños, las costumbres están basadas en el cariño, a veces incluso en mucho cariño, y unos pocos pequeños tienen la suerte de estar malacostumbrados, llevando a otros a pensar que en realidad han adquirido malos hábitos. Creo que me estoy liando; en el fondo, creo que la palabra está un poco pervertida ya cuando hablamos de los niños, y no se aplica el mismo criterio cuando se habla de otras relaciones, por ejemplo, de las parejas.

Si un recién nacido llora para que le cojan sus papás en brazos y le coges, te dicen que se malacostumbra (exceso de cariño, recordad); pero si fuera tu pareja quien te llora y te acercas, le das la mano y la consuelas, serás muy sensible (o insensible si no lo haces). Quizás la pregunta no sería tanto si los niños se acostumbran o no a los brazos, sino si cogerlos en brazos es bueno o malo.

Si un niño reclama tu atención para que juegues con él, para que le escuches, y tú coges la costumbre de estar pendiente y hacerle caso, al niño le malacostumbras; pero si es a tu pareja a quien escuchas, a quien acompañas, entonces eres atento, cercano o cariñoso.

De hecho, se considera que el bebé adquiere buenos hábitos cuando se queda tranquilo en la hamaca, cuando después va a la guardería y no llora; después pasará al colegio sin rechistar y se quedará en el comedor para seguir cogiendo buenas costumbres...

Y los padres nos contentamos con que es lo mejor para ellos, y que los niños se acostumbran, cuando en el fondo lo que más deseamos es estar con ellos, verles crecer, hacerles reír y compartir las tardes de juegos, dándoles todo el cariño que podamos, incluso en exceso.

Y cuendo cambian las circuntancias y ya no es posible... sí, claro, los niños se acostumbran ¿y nosotros? ¿qué hacemos con nueztroz agujeditoz?


Dedicado a mis niñas y a todas las mamás (y los papás) que dejan a sus bebés para reincorporarse al trabajo